El 9 de abril de 1895 Martí escribió una carta a María Mantilla, que hoy se considera un verdadero monumento a la ternura y al amor del Apóstol hacia la niñez. De igual forma, en esta misiva, Martí dejó constancia de sus concepciones educativas y de su amor a la ciencia. Una de las cuestiones más trascendentes de esta epístola es la comunicación a María de que le ha regalado dos libros. Uno de ellos es el Curso de enseñanza científica (Ciencias físicas y naturales), del científico francés Paul Bert, publicado por vez primera en 1881.
La cita martiana sobre este texto plantea: “El otro libro es para leer y enseñar: es un libro de 300 páginas, ayudado de dibujos, en que está, María mía, lo mejor –y todo lo cierto- de lo que se sabe de la naturaleza ahora. Ya tú leíste o Carmita leyó antes que tú, las Cartillas de Appleton. Pues este libro es mucho mejor, -más corto, más alegre, más lleno, de lenguaje más claro, escrito todo como se lo ve. Lee el último capítulo, La Physiologie Végétale,- la vida de las plantas, y verás qué historia tan poética y tan interesante. Yo la leo y la vuelvo a leer, y siempre me parece nueva... (OC. T.20, p.218)
“Lean tú y Carmita el libro de Paul Bert- a los dos o tres meses, vuelvan a leerlo: léanlo otra vez y ténganlo cerca siempre...” (OC. T.20, p.219)
Entre las razones más poderosas que asistieron a Martí para recomendar este texto, se puede destacar la organización del contenido de acuerdo a sus lectores potenciales, los niños.
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