domingo, 25 de enero de 2009

Martí y la patente del teléfono...

Pero Martí no sólo estuvo al tanto, y al detalle, de los avances tecnológicos logrados en la telefonía. También hurgo en la polémica acerca de la patente de invención del teléfono, otorgada en 1876 al escocés Alexander Graham Bell, mas tarde ciudadano norteamericano.

Martí planteo:

“Hay razones reales para creer que la patente de Bell es fraudulenta. Ni la Pan Electric, ni ninguna otra empresa privada puede combatir con éxito en los tribunales… contra el influjo y recursos cuantiosos de la compañía Bell, acusada de fraude y despotismo por la opinión pública. Denunciado el fraude en un patente, el gobierno de los Estados Unidos, que la dio, tiene la obligación de investigar si el derecho de privilegio de que es depositario le fue hurtado. ”

Diez años después (1886) se celebró el juicio Meucci vs. Bell. Hasta el Secretario de Estado mostró públicamente que existían pruebas suficientes para atribuir la prioridad al primero y Thomas Alva Edison envió una carta al juez posicionándose a favor de Meucci. Pero en la corte ganó el dinero de Bell y los prejuicios del sistema contra los inmigrantes. Un siglo y 26 años después, sin tiempo para disfrutarlo, Antonio Meucci ha sido reivindicado, pero las causas de su injusto despojo han cambiado poco.

Jose Martí inconforme con la injusticia y los abusos cometidos por la compañía Bell vuelve sobre el tema cuando el 28 de marzo de 1886 en el periódico La Nación de Buenos Aires pública el artículo: El gran escándalo, del cual se extra la siguiente sentencia que resume en gran medida la posición del apóstol respecto a la infamia que representa el robo de la invención del teléfono:

La compañía de Bell, que con los provechos del monopolio de teléfono ha acumulado un caudal considerable, ha vencido doce veces en los tribunales a los que niegan a Bell la invención del instrumento; a pesar de que es válida en el público la opinión de que no fue él el inventor […].

No hay constancia de que Martí conociera al Italiano Antonio Meucci, el verdadero inventor del teléfono.

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